“En la vida, no todos hacen lo que hubieran querido sino lo que les ha tocado” Soy bachiller 1961 de del Colegio Departamental Miguel Samper de Guaduas- Cundinamarca, Colombia, un pequeño pueblo en las laderas de la cordillera oriental que miran al río Magdalena.
Inicié mis estudios de licenciatura química en la Universidad Libre en Bogotá, y al cuarto año gané una beca para estudiar química en la Universidad de Leipzig, Alemania; me gradué en 1970 con una tesis en Química Inorgánica-Compuestos de Coordinación. A principios de los 60’s la alternativa que me era más viable era estudiar una carrera de cuatro años y en jornada que me permitiera trabajar.
Esa combinación de docente (en colegios de bachillerato) y estudiante de química a nivel superior y estimulado por las incesantes y muchas veces interesantes preguntas de mis escolares, me obligaron a entender a profundidad los conceptos básicos de la química general y a comprender las virtudes y limitaciones de la actividad docente. En ocasiones las respuestas que recibía de mis profesores en la U no me resultaban satisfactorias y debía esforzarme por considerarlas por mi cuenta. Este esfuerzo me permitió alcanzar un alto nivel de calidad como docente, a juicio de mis estudiantes de entonces y de mi vida universitaria. Esto fue a la vez una motivación que me permitió sentirme útil y ser feliz en la opción de vida que por Fortuna elegí.
Trabajé en los colegios, Instituto Central Colombiano (hoy extinto), femenino y masculino, en el bachillerato de la U. Libre y en el colegio San Carlos en Bogotá (1965, 1966). Considero que tuve éxito como maestro porque seguí el ejemplo de los que yo consideraba como mis buenos maestros y evitando lo que hacían los que yo consideraba como malos y siendo honesto con mis estudiantes. Cuando no sabía lo que me preguntaban, yo les decía,”no lo sé pero vamos a averiguarlo, Uds. también pueden colaborar”, muchas veces ellos encontraban la respuesta, eso les gustaba mucho. Recuerdo a dos hermanas en el Central Colombiano: hacían muchas preguntas y su dificultad me obligaba a estar muy atento en las clases de la U, preguntar, consultar más, buscar, rebuscar y prepararme. No hay duda de que a ellas debo mi gusto por la Química y por la enseñanza.
Regresé a Colombia con la idea de vincularme más a una universidad que a una industria y AFORTUNADAMENTE entré a la Universidad Nacional de Colombia (1972), en donde me desempeñé por 33 años en la enseñanza e investigación en Química Inorgánica-Química de la Coordinación.
A mediados de los 70’s fui admitido para el programa de Doctorado en la Universidad de Heidelberg: Me doctoré con mención Magna cum Laude en 1976. Durante mi carrera profesional tuve la oportunidad de hacer algunas pasantías en las Universidades de Barcelona; de Essex, Inglaterra y de Heidelberg, además de algunas visitas a otras Universidades extranjeras.